La energía desatada por Petransko pronto se extendió por todo el globo, han pasado ya 200 años desde el incidente y el maná tiñó los cielos con numerosas tormentas de origen desconocido, las cuales contribuyeron a expandir la mancha que ocasionó el cambio irremediable en el planeta.
Esta radiación de naturaleza nunca antes vista cambiaba de una forma u otra la naturaleza de la materia con la que entraba en contacto. A veces simplemente potenciaba las características inherentes a dicha materia, como piedras que se volvían tan duras como el mismo diamante. Sin embargo otras veces trastocaba la misma violando múltiples leyes físicas, por lo que no era raro encontrar un lago de aguas cristalinas en donde las mismas aguas poseían un poder de corrosión mayor al ácido.
Curiosamente la materia inanimada mantiene unos cambios menos bruscos que la orgánica, al menos visualmente. En el planeta los ecosistemas cambiaron, si, pero los mayores cambios se produjeron en los organismos que poblaban nuestro mundo azul.
En esencia existen 3 tipos de organismos en Thanaria. Por un lado encontramos a los que el maná alteró su ADN de una forma benigna, permitiendo adaptar el maná en su organismo para potenciar, mejorar o incluso aprender nuevas formas de sobrevivir en el nuevo mundo. Casos como estos los podemos encontrar en lo que antiguamente fue llamado la selva amazónica, la vegetación del lugar creció hasta límites insospechados y la mayor parte de los árboles fueron desplazados por plantas anteriormente más pequeñas y que ahora podian contar con decenas de metros de altura.
Otros organismos son los que el maná alteró de forma incontrolada, en su organismo aparecieron infinidad de mutaciones que aunque les permitieron vivir, los transformó en una versión retorcida y degenerada de lo que una vez fueron. Por ejemplo el continente anteriormente denominado África se transformó en un páramo gris donde la vida no es sino un concepto abstracto que quizás no se podría aplicar a ese lugar, al menos no mediante el concepto moral de la vida.
Nos encontramos con el último caso, quizás el más raro de todos dentro del mundo de Thanaria. Aún existen organismos que debido a una protección externa, no han recibido radiación alguna por parte del maná. Esta protección prácticamente todos los casos se debe al reducto de civilización moderna que quedó relegada al continente Norteamericano. Se trata de varios grupos de seres humanos que mediante el uso de tecnología puntera(cúpulas que rodean a sus ciudades, entre otros ingenios) pudieron ocupar zonas determinadas en donde la radiación no pudiera contaminarlos.
Hablamos del rescoldo de "humanidad" que resistió la Maldición de los caídos.
Nos referimos a la Federación, gobernada con mano de hierro por "El Presidente".
Por supuesto, la Federación no representa los últimos seres "puros" de Thanaria, también existen varias especies que tuvieron el privilegio de acompañar a los humanos en su lucha contra la corrupción mágica, como por ejemplo determinadas razas de perros, gatos...sin olvidar la inestimable ayuda del ganado, fuente de alimento complementaria.
Sin embargo estos humanos no son los únicos habitantes inteligentes del planeta. Fuera de sus cúpulas de protección podemos encontrar a la mayor parte de la humanidad. Aquellos que tuvieron la suerte o la desgracia de albergar en sus cuerpos al maná, tanto para obtener de él un poder que rivaliza con las fuerzas de la naturaleza como para ver cómo sus cuerpos comenzaban a transformarse en una masa de músculos o huesos informe que en los peores casos no recordaba en nada a una figura humana.
La Triada, gobernada bajo la sabiduría de los tres sabios, esta unión de humanos son los poseedores del don de la magia, aquellos elegidos por el Maná para controlar las furiosas leyes de la naturaleza. Lo constituyen varios poblados diseminados por todo el continente Europeo y Asiático, estos poblados los constituyen varios edificios de corte medieval cuya peculiaridad es que se encuentran flotando en el aire, rodeados de enormes bosques mágicos de a veces cientos de metros de altura. Estos humanos adaptaron la radiación a su cuerpo y esta se adhirió a los mismos ocasionando mutaciones beneficiosas para los mismos Gracias al Maná, el cuerpo de estos humanos adoptó una serie de carácteristicas fuera de lo común para los humanos normales, además de otorgarles la capacidad de manipular los elementos de la naturaleza.
Su sociedad está dividida según los elementos que controla cada uno de sus integrantes, elementos que además marcan el cuerpo de los magos (nombre despectivo impuesto por la Federación) de forma única.
Así podemos encontrar a 4 castas fundamentales de humanos dentro de la Triada, por un lado está la casta de los eruditos, los tocados por la fuente del conocimiento del agua. También tenemos a los constructores, los sólidos maestros de la tierra y la roca. La casta de los centinelas, ágiles humanos cuyos movimientos se asemejan en rapidez y flexibilidad al viento. Por último nos encontramos con los protectores de la Triada, la casta de los guerreros, aquellos en cuyo cuerpo es visible la marca furiosa y apasionada del fuego creador y destructor de vida.
Sin embargo, no podemos olvidar la desgracia que cargan los humanos que, debido a su mala suerte o a su mala condición física, no pudieron asimilar de forma tan ventajosa la radiación. Aquellos cuyos cuerpos están mancillados y marcados de forma horrenda en la mayoría de los casos. Los repudiados tanto por la Federación como por la Triada...los Renegados.
Los Renegados ocupan varios lugares en el mundo, siendo la población humana más abundante de Thanaria. El nombre que los representa no es algo impuesto por ellos mismos, pues la mayoría de estas bestias retorcidas no poseen la mentalidad suficiente como para autodenominarse de ninguna forma. Esta degeneración mental es fruto de una mezcla de mutaciones asociadas a la corteza cerebral, sumado al echo de que normalmente estos mutantes caen en la endogamia, debido a que a pesar de que son muy numerosos, no suelen viajar entre poblaciones, por lo que los núcleos de Renegados están bastante cerrados entre si.
Ellos suelen vivir bajo tierra o en su defecto en ruinas de ciudades de un mundo casi olvidado, no existe un gobierno entre ellos debido a su precaria inteligencia, la cuál limita su existencia a una lucha constante regida por la ley del más fuerte. A pesar de su agresividad no son totalmente estúpidos, hasta el más retrasado de los Renegados es más inteligente que cualquier bestia no-contaminada y subestimarlos puede ser un error fatal para los que se atreven a internarse en su territorio.
A veces entre los renegados nace un individuo diferente a los demás. Quizás ese individuo solo tiene un par de brazos extra, o presenta imperfecciones menores en su cuerpo. Normalmente esta clase de personas muere en su infancia, pues no comparten la fiereza de sus vecinos, sin embargo no es raro que logren huir de sus macabros hogares para desarrollarse en un lugar distinto. Estos hombres y mujeres pueden llevar una vida más normal que sus congéneres e incluso algunos llegan a convivir con alguna de las demás facciones.
Los cuerpos retorcidos de los Renegados les confieren unas habilidades físicas a veces superiores a los humanos corrientes, aumentando su campo de visión, añadiendo fuerza física a sus movimientos debido a la proliferación anormal de músculos en su cuerpo o incluso algunos adoptan capacidades de engendros de pesadilla, como expansiones alares macabras o la capacidad de escupir ácido.
La relación entre las distintas facciones es muy delicada. Existe una rivalidad palpable entre la Federación y la Tríada debido al odio mútuo que se proliferan, ya que la Federación desea librarse de ellos para volver a colonizar el mundo como antaño (las civilizaciones de principios del siglo XXI son consideradas de culto en la Federación, sobre todo la estadounidense), mientras que la Triada ve a la Federación como una amenaza para su estilo de vida.
Los Renegados son vistos por alimañas por la Federación mientras que la Triada a pesar de repudiarlos activamente los considera como una forma más de vida que tiene derecho a existir mientras no amenacen su existencia.
Estas tres razas de humanos hace tiempo que dejaron de considerar a los otros como de su misma especie, lo que da lugar a unos fuertes choques culturales que desembocan en una serie de conflictos entre especies. ¿Que es lo que ocurrirá a partir de ahora? El tiempo nos lo dirá.
Mientras tanto, el maná fluye por todo el planeta.